¿Qué educación queremos?

El concepto de pertinencia se caracteriza por ser relativo, por cuanto depende de cada contexto y momento. Es complejo porque agrupa diversos elementos: sociales, culturales, académicos, científicos, económicos e históricos. Además, es dinámico debido a que evoluciona permanentemente y cambia en función del entorno y la población, como lo ha expresado la (UNESCO, 1998).

Por ende una demanda social actual en estos tiempos de salud pública y de complejidad social exige, entre otros aspectos, una preparación en los contextos personales, escolares, profesionales y laborales; así mismo, se debe fortalecer la formación integral y especializada de recursos humanos, que acrecienta su capital humano y que  respondan a  las necesidades cotidianas y profesionales; es decir, los estudiantes presentan un conjunto de dificultades y obstáculos epistémicos en los procesos de aprendizaje que inhibe la construcción de su conocimiento, esto en términos pragmáticos, ha significado entorpecer  el desarrollo de habilidades cognitivas, psicomotrices, socioemocionales, teóricas y metodológicas para enfrentar los retos en la formación que a diario experimentan. Ante este panorama, el espacio que se ofrece en ANIEM es buscar que se generen oportunidades de intercambio que coadyuven al desarrollo de la sociedad en la que va a tener presencia, en este sentido, no solo se tendrá presencia en el territorio nacional sino en cada lugar del hemisferio, gracias al avance tecnológico que permite la interconectividad global.

“El respeto al derecho ajeno es la paz” es un apotegma o enseñanza en una sentencia breve del político liberal Benito Juárez (1806-1872), expresado en su manifiesto a la nación mexicana el 15 de julio de 1867, con la cual selló el triunfo definitivo de la República. Si queremos el triunfo definitivo en referencia, habremos de cumplir con este principio en ANIEM, por que aquello que nos proponemos lo practicamos al vivir este valor.

La aspiración de justicia es la eterna aspiración del hombre a la felicidad en la sociedad. La justicia es la felicidad social, es la felicidad que el orden social garantiza. (Kelsen, 2001). La justicia entonces nos permite fortalecer nuestra persona y nuestro espíritu, la persona porque nos da la oportunidad de practicar aquellos derechos que son invaluables y que permite integrar los valores de democracia, de solidaridad entre otros y fortalece nuestro espíritu, porque somos entes sociales que buscan la perfección mediante la práctica de nuestros derechos inalienables como la Libertad.

(Pérez, 2019).  La responsabilidad requiere de un entrenamiento disciplinario y sistemático, es una meta competencia donde las destrezas de los escolares se reconocen y aceptan las consecuencias de la conciencia y el libre albedrío. La responsabilidad es una palabra compleja, proviene del latín que significa responder y estar obligado, por ello es de suma importancia responder a las expectativas que nos formulamos y cumplir con nuestra obligación como Asociación Nacional de Investigadores Interdisciplinarios.

(Zarate 2003), define el valor de la Honestidad como lo propio de la naturaleza humana, que hace referencia a la verdad, sinceridad, etc. y que va más allá de no cometer actos de hurto, pues la honestidad se asocia también a la preservación de los recursos sean materiales o inmateriales, al decoro, a lo justo como a lo recto. Por lo anterior tenemos que señalar puntualmente que otro objetivo de la Asociación es la preservación del conocimiento y de la construcción del mismo, valiéndonos de los diferentes canales para lograr los aprendizajes esperados.

(Olascaga 2009) la palabra libertad designa a la facultad que el ser humano tiene de decidir si lleva a cabo o no una determinada acción según su inteligencia o voluntad. En nuestra Asociación hemos dado un paso al conformarnos como un ente social que busca la transformación de los seres humanos con el desarrollo y práctica de las competencias que se logran con la participación libre de compartir experiencias en todo el territorio nacional preferentemente sin que frontera alguna nos límite, por el contrario estamos convencidos que lo único que nos puede detener para crecer es el miedo al éxito,  eso ya lo superamos al elegir libremente caminar hacia un mismo objetivo, y una meta, la liberación de nuestros pueblos.

El artículo noveno de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, reza como a continuación se lee:  No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito; pero solamente los ciudadanos de la República podrán hacerlo para tomar parte en los asuntos políticos del país. Ninguna reunión armada, tiene derecho de deliberar. No se considerará ilegal, y no podrá ser disuelta una asamblea o reunión que tenga por objeto hacer una petición o presentar una protesta por algún acto, a una autoridad, si no se profieren injurias contra ésta, ni se hiciere uso de violencias o amenazas para intimidarla u obligarla a resolver en el sentido que se desee.Por lo anterior nuestra carta magna nos brinda la oportunidad de reunirnos en bien de nuestra infancia principalmente, los asuntos políticos obedecen al orden del bien común de todos los mexicanos, entre estos temas son los que atienden el interés general y está relacionado con los derechos de las personas y el bienestar colectivo. Ahora bien, la libertad que ejercemos al asociarnos es de suma importancia más en esta época difícil por la cual transitamos, al hacerlo presentamos una serie de inquietudes y agregados multiculturales e intrapersonales que se van a consolidar en la personalidad jurídica que más convenga a los intereses comunes, anteponiendo en todo momento los personales. Por medio de la conformación jurídica los que la integraremos iremos construyendo y practicando la participación asociativa incrementando el sentimiento que nos hará ser mejores ciudadanos.

En el ámbito mundial, encontramos que los derechos internacionales emitidos en asamblea y en su resolución 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948, el siguiente artículo comenta (Artículo 20) 1.-Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas. 2. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación. Por ello en ANIEM estamos convencidos que solamente trabajando en equipo y asociados es como habremos de llegar más lejos, no se trata de conseguir en un tiempo mínimo los resultados planteados, por el contrario, las bases o cimientes en la construyamos nuestro proyecto nos exige que seamos excelentes investigadores, tutores, facilitadores, profesores y seres sociales por excelencia y que lleguemos más lejos, no más pronto.

Toda fundamentación filosófica debe atender al pensamiento de quién lo profiere, en ANIEM entendemos que hablar de Filosofía es tan complejo que trasciende fronteras, entonces estamos convencidos que cualquiera que esta sea no se define, la filosofía se vive y se experimenta en cada segundo de nuestra vida, se demuestra en la concreción de nuestras palabras. Una frase que llega hasta nuestros días que se atribuye a Sócrates dice: Solo sé que no se nada, esta frase nos hace cuestionarnos, nos simbra, y nos motiva para buscar el bien de todos los hombres. Cuando entendemos que la filosofía debe atender a la óptica con la que se ve la vida es entonces cuando las brechas de desigualdad e inclusión se vuelven más estrechas y se empieza a conseguir los objetivos que nos planteamos.

En el ámbito mundial, encontramos que los derechos internacionales emitidos en asamblea y en su resolución 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948, el siguiente artículo comenta (Artículo 20) 1.-Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas. 2. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación. Por ello en ANIEM estamos convencidos que solamente trabajando en equipo y asociados es como habremos de llegar más lejos, no se trata de conseguir en un tiempo mínimo los resultados planteados, por el contrario, las bases o cimientes en la construyamos nuestro proyecto nos exige que seamos excelentes investigadores, tutores, facilitadores, profesores y seres sociales por excelencia y que lleguemos más lejos, no más pronto.

Para los investigadores y pedagogos hablar de epistemología no es tan complejo, o al menos eso se piensa, habría que cuestionarles y preguntarles entonces: ¿es posible la construcción científica del conocimiento desde la opinión? Estamos conscientes que la educación debe nutrirse de diferentes fuentes, entre ellas, podemos considerar a la filosofía como su principal fuente, la axiología, la estética, la epistemología, la lógica, las ciencias, etcétera. Y precisamente aquí, en este largo transitar de la epistemología, que un gran número de estudiosos determina, que sus fundamentos atienden más al llamado “conocimiento científico” preferentemente; no obstante, se tiene que comprender que este fundamento epistémico debe nutrirse también de una antropología histórico-social, espiritual y  psicológica, comprendido esto último, no como una situación de salud y bienestar humano, sino como la construcción del conocimiento como un ente social, tal y como lo apreciaban lo antiguos griegos; no tan solo en la episteme sino también en la doxa, que es desde una óptica diferente, la integración del pensamiento en el cerebro, ahí, donde se procesa la respuesta a las incógnitas respecto de la verdad u objetividad o a la conclusión proposicional, de que, todo aquello que se opina, también tiene veracidad y ontológicamente existe. En este sentido ANIEM existe y busca una manera de responder a las problemáticas que aquejan a nuestro ente educativo, pero no solamente existe y busca una forma de responder a estas necesidades, también busca proporcionar herramientas e instrumentos que ha bien a considerado tanto en sus investigaciones teóricas, como en sus intervenciones pedagógicas y didácticas de campo, siempre buscando la mejor opción en su situación sociocultural y en su contexto geográfico.